Hemos oído decir que las alas de los pájaros prueban la existencia del aire; de la misma manera, el fenómeno religioso, común a priori a todos los pueblos, prueba la existencia de su contenido, es decir, Dios y la vida póstuma.
Se ha hecho bastante claro que ninguna de las religiones llamadas "mundiales" estuvo destinada por la Providencia a establecerse en todo el planeta.
La Hora Undécima, Martín Lings, Padma, 2009.
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