Eso sí, a diferencia de la sociedad latinoamericana en la que crecí, aquí el islam tiene un repertorio de códigos morales que hacen que la austeridad no devenga en violencia, patotas armadas, robos u homicidios. Nadie va a apuñalarte por un teléfono celular. Uno puede caminar a cualquier hora en cualquier suburbio que sólo recibirá sonrisas y bendiciones.
Es cómico escuchar a un europeo quejarse de que a los musulmanes les gusta la guerra, y de que llevan milenios peleando, cuando su continente produjo dos guerras mundiales y setenta millones de muertos en sólo cincuenta años, por no mencionar cinco siglos de colonialismo en el resto del mundo... Los chinos inventaron la pólvora, pero fueron los europeos los que dieron cátedra al resto de la humanidad sobre cómo utilizarla para fustigar enemigos y disidentes. ¿Quién tiene más derecho al asombro, un europeo ante la Jihad, o un afgano ante el Imperio Romano, la Biblia a capa y espada, la Inquisición, la colonización con barniz darwinista, el acero Krupp, el Blitzkrieg?.
Vagabundeando en el Eje del Mal, Un viaje a dedo por Irán, Irak y Afganistán; Juan Pablo Villarino; Del Nuevo Extremo, 2009.
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